miércoles, 14 de julio de 2010

Mamá quiero la independencia

He estado hablando con un amigo catalán, pero de esos que primero es español y después presume de sus interminables apellidos catalanes que lleva. Es catalán de toda la vida y por ello, necesariamente español.
Estuvimos hablando del día de campo que pasaron los que se sienten tan catalanes que quieren la independencia y llegados a este punto tanto mi amigo como yo llegamos; coincidimos con ellos. Los montillas, pujoles y puigcerdos ... nosotros queremos también que se independicen y que nos dejen en paz. Estamos locos porque se vayan de España y funden su país catalán.

Como el tiempo así lo propiciaba, sol, mucho sol; con la compañía inestimable de una cervecita bien fría, seguimos intentando solucionarles el problema, les buscamos un emplazamiento alejados de su madre, España.

Pensamos que como el moro, no tiene todavía muy claro como es marruecos, creo que allí sería un lugar estupendo para formar su país. Nos imaginamos a Montilla en el desierto, con gorrito y borla moruna. Muy mono sin duda. Acompañado de sus seguidores que salieron a la calle para que Mamá España, le diera su independencia ... ¡Concedida!, con los ojos cerrados y sin dudar un instante. No os echaremos ni siquiera de menos, pujol acompañado de su señora y su hijo, al principio resultaba simpático, sus guiños y sus gestos, pero se lo pueden llevar.

Y ya que están allí, a ver si buscan un sitio para los vascos, eso es menos problema, un sitio pequeñito, todos recogiditos, y haciendo entre los dos buena vecindad.

Otro amigo que nos miraba, este es valenciano, terció en nuestra divertida conversación y nos dijo que igual le pasó a un primo suyo. Les dijo a sus padres:
-Padres he tomado la determinación, de vivir independiente de vosotros. He arreglado el sótano y voy a ser independiente. Vendré a comer y me asignaréis una pensión para mis gastos.

Evidentemente sus padres le dijeron que si quería ser independiente, que se buscara una casa la pagara y si por el contrario quería seguir en casa, tendría que seguir cumpliendo las normas.

España, costó muchas vidas, se derramó mucha sangre y no puede venir nadie a decirnos a los que somos y nos sentimos de aquí, donde está nuestra casa. Nuestra patria, sabemos cual es, y qué territorio la forma, eso es invariable e inamovible.

Un detalle, aunque sea anecdótico, según me cuenta mi amigo, normalmente los más independentistas suelen ser primero gente que nacieron , ellos o sus padres fuera de Cataluña, y de otra parte los venidos del otro lado del océano, que ni siquiera son españoles, aunque comparte lengua. Algo de complejo supongo que habrá en su postura, en fin... Todo solucionado, ya pueden ser independientes.

domingo, 4 de julio de 2010

El respeto.

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Después de ver, aunque de pasada, el espectáculo de los sarasas con sus cueros y sus carrozas por Madrid, en su famoso día de orgullo; que en la mayoría de los casos no son más que unas locas a la voz de respeto. Me hace caer en la cuenta que ese soniquete tan recurridos por estos amantes sodomitas, del respeto que, según ellos, dicen merecerse por sus ideas y su forma de vida.

Es muy fácil decir y es muy recurrente eso de pedir el respeto por todo aquello que si se mereciera no debería pedirse. Es como lo de la cuota paritaria. Parte de la premisa que en la izmierda española, no puede haber paridad en el sexo de sus ministros salvo en el caso que se imponga. En ese sentido, se pide respeto a la Chacón, a Aido y a la trovadora de las excelencias del Iluminado en los acontecimientos planetarios que ocurran. En fin es el respeto, qué son muy inútiles, ¡no eres respetuoso! dicen.

Oí una vez a alguien decir, no recuerdo ahora quien, que el respeto es a las personas, no a las ideas. Porqué he de estar de acuerdo con los matrimonios entre maricas o bolleras. Se respeta al individuo. Es como lo de imponer el uso de preservativos, de píldoras anticonceptivas o del día después. Es que mis ideas en contra no valen. No, ese respeto es sólo para las ideas si son mías y tu te jodes (con perdón).

Tengo que estar de acuerdo con los chorizos a gogó que la progresía anda repartiendo por todas partes, en ayuntamientos, en residencias escolares o en cualquier sitio, donde se pueda trincar. Y si yo soy honrado, me jodo (con perdón otra vez), lo fundamental es el respeto.

Respeto para pensar que enterrar en cal viva es el camino idóneo para acabar con la ETA. Y ponen los mismos el grito en el cielo, con la prisión de Guantánamo.

Que lo fundamental es el respeto a las ideas de que la mujer puede matar a su hijo, por que aún no es lo suficientemente mayor como para oirlo llorar, porque sentirlo, desde luego que lo siente.

Pues realmente debo decir, que no respeto a la fantochada de los cueros y las carrozas y los que estaban como séquito, no siento el más mínimo respeto por la afición de meterla mano en la caja y en el congelador de la residencia. Ni siento el más mínimo respeto por la madre que es capaz de matar a su hijo. Lejos del respeto exigido por todos ellos, a quien insultan con burlas hacia todo lo que no esté en consonancia con su forma de pensar, lejos de ello como decía, tienen todo mi desprecio.

Aunque a veces quitado el cuero y desmontadas de las carrozas, cuando no van en manada, algunos individuos merecen que se les respete.