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¿Puede ser una novela epistolar en verdad trepidante? Puede. Lady Susan (Nórdica) lo es. Y también es un formidable enredo, repleto de acontecimientos y giros. No es una comedia, ciertamente, pero si lo fuera –y podría serlo- sería una de esas comedias teatrales y cinematográficas repletas de puertas que se abren y se cierran con gran lío de entradas y salidas, puertas más bien imaginarias en este relato, que también tiene algo de thriller sentimental, de dramático vodevil. (Manuel Hidalgo en el Cultural)
Este libro fue escrito alrededor 1.793-1794, pero no se publicó hasta 1871 en A Memoir of Jane Austen, casi medio siglo después de la muerte de Jane Austen.
Si no has leído Lady Susan, debes estar preparado para encontrar a una heroína anti-Jane; un personaje hermoso, manipulador, calculador y ser viuda, una mujer tan fría de corazón en sus maquinaciones que llega a poner sus propios intereses por delante de su propia hija, o de cualquier otra persona. Después de estar acostumbrados a la bondad innata de las heroínas de Jane, Lady Susan es lo opuesto a Elizabeth Bennet o Ana Elliot:
Me han llamado madre desatenta y, no obstante, el impulso sagrado del cariño maternal y el bien de mi hija han sido lo que me ha servido de acicate; si mi hija no fuera la mayor pánfila de la Tierra, se me habría recompensado por mis esfuerzos como me merecía.
Sir James me hizo proposiciones para Frederica pero ésta, que ha nacido para amargarme la vida, decidió oponerse con tanta vehemencia al emparejamiento que decidí que era mejor olvidar el plan por el momento. En más de una ocasión me he arrepentido de no haberme casado yo misma con él y, si fuera un poco menos débil, seguro que lo haría. Admito que soy más bien romántica en ese aspecto y que las riquezas por sí solas no me satisfacen. (CARTA 2 Lady Susan a la señora Johnson. Langford )
En este pasaje Lady Susan revela sus verdaderos pensamientos a su amiga, Alicia Johnson, un personaje igual de frío y calculador que ella. Lady Susan pretende ser una madre amorosa y amiga, pero en sus acciones y palabras se regocija en su talento para manipular una situación (o un hombre) para que se adapte a sus necesidades. Ella miente sin escrúpulos a su cuñada, Catherine, a la que trató de impedir con encono su matrimonio con su hermano.
Los juegos del gato y el ratón que desempeñan los personajes principales establecen una tensión emocional en esta novela. Lady Susan cree que está engañando a todos, aunque no es así. Sus temerarios planes los descubren pronto sus oponentes tan inteligentes como ella, pero antes de su caída, deja víctimas en el camino, en particular, la Sra Mainwaring, cuyo matrimonio se destruye por el coqueteo de Lady Susan con su marido. Reginald de Courcy, el hermano de Catalina, entra en la escena lleno de desconfianza y aversión hacia la viuda que no guarda debido duelo. Lady Susan lo embauca sin esfuerzo, hasta que se entera de la verdadera condición de ésta. Al final se casa con Sir James, el joven y tonto, pero rico que había elegido para su hija.
Por otra parte y desde otro punto de vista.
Lady Susan es un reflejo de las maquinaciones de las mujeres en una sociedad conservadora y restrictiva (Inglaterra del S. XVIII), y dominada por los hombres, fundada en la riqueza heredada y vigilada por el chisme. En ese mundo el dinero, el poder y la libertad de actuar de forma independiente son las prerrogativas de los hombres. Para una mujer, ni siquiera la riqueza es sinónimo de poder sino que sirve simplemente para atraer cualquier cazador de dotes y poder casarse.
El final un mal marido es un castigo apropiado de Lady Susan. Todo lo contrario a lo que acostumbran ser las novelas de Jane Austen de finales felices y esperados (deseados).
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