sábado, 29 de junio de 2019

Por qué los Orgullos Gay atacan a la Iglesia.

Junio ​​en el calendario católico es el mes del Sagrado Corazón de Jesús, en el mes laico es el mes dedicado al orgullo gay en todo el mundo, entre las características comunes de todos ellos la más sobresaliente se encuentra la #blasfemia.

Junio ​​en el calendario católico es el mes del Sagrado Corazón de Jesús, en el laico es el mes dedicado al orgullo gay en todo el mundo, es decir, esas coloridas procesiones que serpentean por las calles de las ciudades y en las que los participantes desean hacer alarde de "El orgullo de ser supergay." De hecho, es mejor decir "gay", un término que debe usarse cuando la orientación sexual se ondea como una bandera ideológica. Los desfiles a menudo se asocian con otras iniciativas como reuniones, proyecciones de cine, conferencias, espectáculos, juegos también (y sobre todo) para niños e incluso pregones, etc.

El "movimiento" se asienta en el espíritu de los movimientos del '68 que se basaron no tanto en promover una actitud de defensa, la protección de su grupo, sino que más bien atacan a aquellos que señalan como enemigos. Para el trabajador era el empresario el enemigo, para la mujer es el hombre, la familia y los hijos. De manera análoga, en el orgullo gay no marchan tanto a favor de las personas homosexuales, sino que marchan en contra: contra la Iglesia, contra quienes afirman que la homosexualidad es una condición desordenada, contra partidos de derecha, contra conformistas, etc.

En resumen, la base característica del orgullo gay es el espíritu antagónico, un espíritu que contradice ciertas consignas que se gritan en esas mismas "manifas" con carrozas "multiculos" destinadas a la no discriminación, la inclusión y la apertura a lo que es diferente. En otras palabras, aunque la presentación que nos hacen creer del homosexualismo es ser abierta, acogedora, al diálogo, pero lo que viene de este mundo es lo contrario: hostilidad, beligerancia, incapacidad para dialogar, etc

El desfile del orgullo gay es un desfile de cuerpos semidesnudos (o desnudos completamente) esencialmente por 5 razones. El primero: la provocación. Según el espíritu beligerante que hemos mencionado anteriormente, es necesario provocar al enemigo, empujarlo a la reacción del desagravio generado y luego así atacarlo y tratarlo como de fanático, insensible y homofóbico si se atreve a responder. Segunda razón: la crítica. La desnudez se usa como un insulto a los estereotipos, de la normalidad, de la naturalidad de las relaciones. Por lo tanto, es un mensaje revolucionario: anular el orden deseado por Dios, que quería que el hombre fuera atraído por lo femenino y viceversa y, en particular, anular el significado de castidad y modestia, no más virtudes, sino tabú para derrocar a los enemigos de la libertad individual. Tercera razón transgresión. El cuerpo semidesnudo o desnudo del sarasón es una expresión del deseo de cruzar cualquier límite en el campo sexual. La primera limitación, por supuesto, es la de la heterosexualidad. La promiscuidad se entiende como una fuerza liberadora de los impulsos. Cuarta razón: la materialidad y lo puramente físico frente a la interioridad. La desnudez con orgullo es testigo de que la relación homosexual a menudo se centra en eros, y la dimensión afectiva (que obviamente también es desordenada porque proviene de la orientación homosexual, que también está desordenada como lo enseña el Catecismo) es un aspecto accesorio. Como nos enseñó en su serie de catequesis S. Juan Pablo II la "Teología del cuerpo" separan lo físico de lo espiritual haciendo al hombre poseedor sólo de lo físico como si fuera un animal más de la Creación.(ver S.Agustín, Libro X de las Confesiones) Ésta consideración es a menudo la fuente de la relación homosexual. Quinto motivo: el narcisismo. Para algunos participantes, el orgullo gay puede ser un escenario para presumir con la esperanza de ser notado y apreciado. El narcisismo, el vicio del cual ni siquiera los heterosexuales son libres, podría representar el intento de llenar, mediante confirmaciones positivas, ese sentimiento de inadecuación con respecto al mundo masculino para los hombres y con respecto al mundo femenino para las mujeres que a menudo acompañan a la persona homosexual (ver R. Marchesini, Homosexualidad, en T. Scandroglio, Preguntas de la vida y la muerte, Ares)

Otra característica de los "Orgullo gay" es ayudar a normalizar el fenómeno de la homosexualidad y la transexualidad en la conciencia colectiva, hacer que se absorban en la mente de la mayoría, inmunizar a toda la sociedad de los impulsos críticos innatos. La oficialización mundial y generalizada del orgullo gay lo ha convertido en un fenómeno personalizado, no tan escabroso, en esto obviamente ayudado por muchas otras actividades destinadas a normalizar la homosexualidad. Históricamente, el orgullo gay fue la primera iniciativa pública dirigida a hacer que la homosexualidad sea aceptable en la sociedad civil.

LA BLASFEMIA: La última característica, entre muchas otras, del orgullo gay es el empeño desmedido profanador hacia la Iglesia y el espíritu religioso. Es el primer elemento antagónico del orgullo gay. Según este factor, es el primer enemigo en ser asesinado: la Iglesia. Por eso hay tantas vulgaridades, insultos y representaciones blasfemas contra Dios, la Santísima Virgen y los santos. En estos gestos llenos de violencia, queda claro no solo el intento de profanar, que ahora está de moda desde el 68 hasta el presente y, por lo tanto, es la única fuente de las representaciones, sino el verdadero odio a todo lo sagrado, casi como si la Iglesia y los santos fueran en sí mismos una advertencia a la conciencia de estas personas. Naturalmente, el delito administrativo de la blasfemia permanece impune, así como el delito de desprecio a la religión. Por otra parte, y trivialmente dicho, aquellos que se atreven a criticar tales expresiones blasfemas pasan por ser homofóbicos, no son liberales, culpables de asumir actitudes discriminatorias, medievales porque censuran la libertad de expresión. De tal manera, como sucede con la ViGen, dos pesos dos medidas: si un homosexual insulta a la Virgen, este insulto es libertad de expresión, si un creyente critica a un hombre aflojado en su moral y contranatura que insulta a la Virgen merece ir a la cárcel por difamación.

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